sábado, 8 de agosto de 2009

Visita al Museo de Bellas Artes



Era un caluroso día de verano, los pájaros cantaban y la felicidad corría en el aire, era uno de esos días que comienzan cuando uno se levanta y dice "Hoy es el día..."
El día para Beatriz, la mucama, empezaba así:
Se levantaba al alba, antes que sus patrones. Mientras se cambiaba se quedaba meditando, meditando en aquel cuarto. Ese cuarto con esas paredes que gritaban "ayuda", las manchas de humedad que decían "hola, estamos aquí"; esa miserable e insignificante ventana que reflejaba un bello día lleno de alegría pero que por dentro reflejaba el deseo de la libertad.
En uno de sus momentos de meditación observó sus pies, esos que alguna vez andaban sueltos sin la opresión de esos malditos zapatos que le sacaban callos, los miro una vez más y dijo "un día de estos, amigos, correremos sueltos por el mundo en libertad". Luego de esta meditación tapó su desnudez con su uniforme de mucama.
Mientras bajaba por la escalera, esa escalera tan bien pulida por ella, pensaba en como renunciaría a su trabajo o mejor dicho a esa cárcel.
Luego de una largo día de trabajo decidió hablar con su patrona. le dijo que necesitaba alejarse de la vida de mucama por un tiempo y que desde ese día volvería a vivir con sus padres. La patrona aunque ofuscada la dejó ir,le pagó el mes que había trabajado y los últimos cinco días del mes corriente. Beatriz juntó sus cosas y salió a la calle, lo primero que hizo fus desaserce de esos zapatos y exclamar a viva vos "hoy es el día".
Y así fue como terminó Beatriz con su esclavitud y empezó una vida en libertad con sus padres.

Fiorella Fortuny
2º3a

1 comentario:

Maria Teresa Bertazzo dijo...

Gracias por tu historia Fiorella!, y por permitirte pensar y sentir, aunque sea por un ratito,el deseo de libertad de quien se encuentra oprimido.