El dinero de arriba atrae la desgracia
Como todas las mañanas Roberto, mi esposo, llevaba a mis hijos Jack y Pedro al colegio. Yo trabajaba en una empresa de una revista no muy famosa, pero si conocida en el país. Y esto implicaba que tres veces al mes yo tenía que viajar hacia distintas partes del país, así promocionar la revista, y hacer diversas actividades que la empresa me asignaba.
Mientras desayunaba mirando la tele, de pronto el teléfono sonó, pensando que era alguien del trabajo, porque ya estaba sobre la hora y seguramente me dirían que si llegaba nuevamente tarde, me descontarían parte del sueldo, en un movimiento brusco por atender rápidamente, tire el café que estaba caliente, sobre mi pantalón. A pesar de eso, corrí velozmente a atender ya que no estaba muy bien económicamente, y no convenía para nada que me descontaran mi sueldo.
Al atender una sonrisa de oreja a oreja apareció en mi rostro, no podía creer lo que estaba escuchando, en ese momento me pellizqué pero era cierto no estaba soñando. Había ganado $50mil en
Varios días después, como dinero y algo de tiempo me sobraba (ya que no trabajaba tantas horas), decidí ir al “Adivino” que quedaba a unas pocas cuadras de mi departamento. El me dijo:-pronto tendrás un accidente aéreo. Mucho no creía en esas cosas, pero a pesar de eso, estaba preocupada. Al mes siguiente tenía que viajar hacia Mendoza pero a último momento decidí no ir y una colega fue en mi lugar. El avión donde ellos estaban viajando se estrelló, y todos los que estaban a bordo, lamentablemente, murieron. No lo podía creer, era cierto lo que el adivino había predicho!!
Al día siguiente fui a visitar a la familia de la compañera que fue en mi lugar. Al llegar, me puse aún más triste todavía, cuando vi la cara del hijito menor, y sus lágrimas que no dejaban de caer. Lo saludé y lo abrasé, y así estuvimos unos 20 minutos sin hablar, pero con su mirada, ya me comunicaba todo.
Después de ese largo y triste día, llegué a mi departamento, y sin comer fui a dormir.
Me perturbaba el hecho de pensar que podría haber sido yo la que viajaba y entonces hubiese muerto…
A la tarde siguiente, recibí un mensaje de texto de Roberto, diciéndome que algo horrible había ocurrido en su empresa, pero que el estaba bien.
Cuando llegué, todavía los bomberos intentaban apagar el fuego y mi esposo y todos los demás empleados estaban desesperados sin saber que hacer. Lo abrasé y traté de consolarlo, pero era inútil. Todo estaba perdido, ya nada se podía hacer. El incendio se produjo por un accidente de uno de los camiones que llevaba materiales inflamables, y el conductor había quedado atrapado en el incendio, enseguida había muerto.
Definitivamente desde que ganamos la lotería había desgracia tras desgracia, con mi marido decidimos que lo mejor sería donar el dinero, y así supusimos que nos liberaríamos de la “desgracia”.
Y a partir de entonces, así fue que a pesar de todo lo que nos pasó, pudimos seguir con nuestras vidas.
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